En el libro de Gilroy, la cultura del Atlántico negro aparece caracterizada como un campo de tensiones e intercambios que difumina los posibles orígenes, esencias y nacionalidades de manifestaciones tan diversas (desde las modernidades negras al hip-hop) como sus productores: las comunidades negras de Estados Unidos, Reino Unido, África occidental o el Caribe. Esa cultura, a su vez, emerge como “contracultura de la modernidad”, síntoma de la “doble conciencia” del sujeto negro: ¿qué ilustración para el negro?, ¿qué tradición moderna para quienes aparecían a ojos de muchos ilustrados como la encarnación de la barbarie?, ¿cómo trasladar los elementos emancipadores inherentes al proyecto moderno más allá de los límites impuestos por su eurocentrismo? (J.A.)
Primera edición: The Black Atlantic. Modernity and Double Consciousness. Cambridge: Harvard University Press, 1993.