Boaventura de Sousa Santos en los años ochenta proponía un cambio sobre todo enfocado en la superación de la separación de las ciencias naturales y las ciencias sociales, entre aquellos que son estudiados y explotaros y aquellos que son los sujetos del estudio. En esta separación está el origen del carácter colonial de nuestra academia. El rigor científico cuantifica y, al cuantificar, lo que hace es descualificar, se trata de un rigor que al objetivar los fenómenos, los objetualiza y los degrada. Si transformamos este objeto de estudio en sujeto llegaremos a lo que de Sousa Santos llamaba el paradigma de un “conocimiento prudente para una vida decente”. El esta basado en conceder al espacio de la naturaleza un nuevo estatus, un nuevo naturalismo donde los fenómenos naturales comenzaron a estudiarse como fenómenos sociales. De esa forma no solo las personas tiene derechos, también las plantas, los montes, la memoria, los rios…
Los nuevos métodos que propone son sorprendentemente cercanos a los de las artes visuales.(M.I.).