Seminario
Escenarios, representaciones y transformaciones del trabajo en el mundo global
23 de noviembre de 2018
MACBA, Convent dels Angels. Barcelona
Relatorio
El 28 de noviembre tuvo lugar en Barcelona el seminario Escenarios, representaciones y transformaciones del trabajo en el mundo global, organizado en el marco del proyecto MoDe(s)2. Contaba con la participación del colectivo Working Dead, y de varios ponentes invitados. El objetivo del seminario era abordar la cuestión del trabajo y del postrabajo en el mundo global, declinado en sus múltiples ángulos de incidencia.
Introdujeron el seminario María Ruido y Antonio Gómez. María Ruido apuntó que los cambios en la geopolíticas mundiales no pueden ser contemplados sin tener en cuenta las transformaciones ocurridas y que siguen ocurriendo en el sistema de trabajo, ya que ambos se retroalimentan. Insistió en la importancia de generar imaginarios sobre el “postrabajo” para ayudar a articularnos políticamente. A continuación, Antonio Gómez Villar presento brevemente el proyecto de investigación Working Dead. Compuesto por él mismo, María Ruido y Marta Echaves con apoyo de La Virreina Centre de la Imatge, en Barcelona, propone poner en discusión la nueva composición del trabajo con sus categorías de clase y fomentar debates alrededor de sus representaciones e incidencia sobre la constitución de subjetividades.
La sesión de la mañana moderada por María Ruido se centro en la idiosincrasia del sistema capitalista y sus efectos.
El primer ponente, Guillermo Fernández, ofreció un análisis de las modalidades de intervención política de la extrema derecha francesa en las clases populares, desvelando las estrategias adoptadas por el partido del Frente Nacional (Front Nacional) a lo largo de su existencia. En particular, Guillermo Fernández sugirió que el Frente Nacional ha sustituido, o busca sustituir en el panorama político de la clase media trabajadora francesa, el espacio ocupado en precedencia por la izquierda; el partido buscaría así adoptar la figura en una “izquierda de antaño”. Esta estrategia, indicó Fernández, se sustenta en una serie de elementos que dan cuenta de las transformaciones del modelo y del discurso del partido, pasando desde un partido claramente antiestatista, a un partido que busca representar el estado y encarnarlo a través del concepto de “identidad social”, como un elemento típicamente francés. Se trata de realizar un alejamiento del discurso identitario para privilegiar el discurso económico (justificando así medidas anti-inmigración). Otro aspecto abordado en la intervención fue la manera en la cual el FN ha estado intentando infiltrarse en los órganos sindicales, incluso de izquierda, siguiendo la línea inicialmente descrita de sustituir a la izquierda. La producción visual del partido apoya esta nueva política, tomando prestadas sin ningún complejo, imágenes y figuras tradicionalmente asociadas con la izquierda, como Jean Jaures o Léon Blum.
A continuación, la ponencia de Antón Fernández de Rota propuso una arqueología del capitalismo, repasando momentos y episodios fundamentales de su historia con un enfoque mas particular en el papel de las tecnologías y biotecnologías. Su estudio genealógico partió de la declaración de independencia del ciberespacio (1996) de John Perry Barlow, “gesto evangélico” de desafío a los gobernantes que marcó el fin del utopismo internauta, mientras las empresas tomaban posesión de la red bajo el control de estados, en particular EE.UU. En una época donde la utopía del ciberespacio ha cedido el paso a la distopía, observó Antón Fernández de Rota, las trazas dejadas por el cuerpo son fragmentos de información almacenables y utilizables para dirigir y extraer capital. El desdoblamiento del cuerpo, del sujeto, del espacio y del movimiento en su reconstrucción virtual son solo una parte de la metamorfosis en curso que estamos viviendo. Junto con los procesos de tecnificación, las transformaciones introducidas por la biotecnología y las biociencias contribuyen a ella. 1984 aparece como una fecha clave para el avenimiento de esta era distópica en la cual los ordenadores, la fibra óptica, las tecnologías de comunicación se expanden, mientras ese mismo año muere Michel Foucault, referente fundamental para reflexionar sobre el impacto de estas transformaciones sobre la vida y el control del lenguaje y del cuerpo. En el ámbito mas estrictamente económico, Fernández de Rota observó que la economía tiene un cuerpo, cuyas metamorfosis son igualmente drásticas que las del cuerpo biológico. La ultima parte de su ponencia trató del caso de la “sharing economy”, que identificó como una manifestación del utopismo cibernético en el presente, con caras sin embargo muy antagónicas: por un lado, una posibilidad de superar el capitalismo, involucrando algo relacionado con los comunes y el fin de la propiedad, del materialismo; por otro lado, la subsumación de los comunes en una versión extrema del capitalismo, no muy lejana, en realidad, de manifestaciones de control social como el sistema de crédito social, recientemente concebido por el gobierno chino.
Por la tarde, la sesión moderada por María Ruido se centró en las representaciones del trabajo o del pos-trabajo con sus repercusiones o resonancias desde el ámbito de las artes visuales.
En su ponencia, Rafael Pinilla abordó la incorporación del tema económico en exposiciones o producciones artísticas. Tras una primera parte en la que volvió a evocar las transformaciones del sistema económico en las ultimas décadas y la necesidad de formular diagnósticos críticos sobre estos cambios y sus efectos sobre las subjetividades, presentó algunos aspectos del impacto del contexto descrito precedentemente en la esfera cultural. Su intervención centró particularmente en el sistema artístico, a través de lo que identifica como una sintomatología muy concreta. Pinilla apuntó que la erosión del estado de bienestar, la crisis y la importancia de los mercados financieros se revela en exposiciones y bienales que incorporan en su agenda el tema económico. Igualmente, el arte contemporáneo profundiza estas dinámicas, proponiendo incluso alternativas. Presentó una selección de artistas y obras que tratan actualmente la cuestión de la economía y sus efectos colaterales, abarcando temas como los trastornos producidos por el trabajo (el agotamiento, el estrés), la figura del emprendedor, la interrupción de los ritmos de vida por parte del capitalismo, la “uberizacion del trabajo” o las redes sociales.
María Ruido presentó su película Estado de malestar (malestar_exhuberancia_anomalía) (2018). Al origen de este trabajo están sus reflexiones desarrolladas sobre el imaginario del trabajo y el binomio producción/reproducción. Considerando que el trabajo condiciona nuestras vida como una espina dorsal que articula tanto la vida social como la vida personal, María Ruido citó como referencias importantes para la película a Mark Fischer, en particular su libro Realismo capitalista, las análisis de Franco Berardi Bifo sobre nuestra época y sus enfermedades, entre cuales la depresión, y las reflexiones de Santiago López Petit. Estado de malestar se basa en la propia autobiografía de María Ruido y su experiencia de los procesos de vulnerabilización y fragilización causados por el trabajo, mas particularmente en el ámbito de la cultura. A raíz de esta experiencia, entró en contacto con las mujeres del colectivo InsPiradas de Madrid, que ocupan una plaza importante en la película a través de las entrevistas y conversaciones mantenidas con la autora. El colectivo está detrás de la iniciativa del Día del orgullo loco, cuya primera edición tuvo lugar en mayo del 2018, con la lectura del Manifiesto del Orgullo Loco que expone importantes reivindicaciones de las personas estigmatizadas y maltratadas por su relación con el sistema español de salud mental.
La proyección de la película fue seguida por un breve debate, durante el cual surgieron comentarios y preguntas acerca de la antipsiquiatría y sus orígenes en España, el fracaso de la reforma psiquiátrica en el Estado, los procesos vividos por las mujeres de InsPiradas, la relación entre el trabajo y las enfermedades mentales, la potencialidad de la creación y la responsabilidad de los creadores para enfocar y tratar estos procesos y abrir espacios de comunicación con otras personas y de politización. Se comentó además sobre las estrategias de los grupos de ayuda mutua y su cercanía con las del cine feminista con la atención a los “pequeños discursos” (Trinh T. Minh-ha), la idea del resentimiento y su colectivización como motor de lucha (Mark Fischer), y la importancia de politizar la ira.
En conclusión, esta jornada permitió abordar la cuestión del trabajo y sobretodo el postrabajo desde múltiples perspectivas, tanto desde su estrecha relación con procesos de transformación en la economía global, como en su aspecto mas biopolítico e intimo, vinculado al control de los cuerpos y las subjetividades, y sus problemáticos efectos. Frente a este oscuro panorama, el arte y la cultura permanecen posibles herramientas políticas de interpelación, para abrir espacios de debate y colectivización.
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