Laura Ramírez Palacio – Vínculos y disociaciones / Porque no hemos visto

A lo largo del mes de noviembre tendrán lugar dos exposiciones en memoria de la artista e investigadora Laura Ramírez Palacio (1988-2022), miembro del equipo de MoDe(s).

En la Universidad Autónoma de Madrid tendrá lugar Vínculos y disociaciones. Dibujos de Laura Ramírez Palacio (Sala de Exposiciones de la UAM, 30 de octubre – 15 de diciembre de 2023). La exposición recoge los 18 dibujos que la Fundación Vasos comunicantes ha donado a la Universidad Autónoma de Madrid. La Fundación, creada por Laura Ramírez, tiene como propósito explorar las relaciones entre arte y salud mental.

Más información aquí

Dentro de esta misma ambivalencia, la fuerza de las obras de Ramírez Palacio proviene de la contradicción entre una técnica dibujística depuradísima y llena de sutilezas sensoriales —frecuentemente aparecen figuras espectrales de niños y niñas sobre un fondo muy negro—, y una representación desfamiliarizada y tortuosa de escenas ligadas a la infancia. En estas escenas no se produce una imagen explícita de los abusos, aunque tampoco se oculta la dimensión sexualizada de las niñas. Más bien, se trata de representar la violencia sufrida e interiorizada por las mismas, a través de figuras, objetos o escenarios sometidos a una distorsión onírica que hace que, al mirarlas, entremos inmediatamente en un mundo siniestro del que queremos escapar.

(Olga Fernández López, Patricia Mayayo Bost y Abdiel Segarra Ríos)

En el Espacio PlusArtis tendrá lugar Porque no hemos visto. Laura Ramírez Palacio (7 – 30 de noviembre de 2023). Esta exposición recoge una amplia selección de dibujos de la artista, en su mayoría inéditos, y que constituye su primera exposición individual en España. En esta exposición los dibujos de Ramírez Palacio dialogan con la obra del reputado grabador y dibujante colombiano José Antonio Suárez Londoño (Medellín, 1955), amigo y referente de la artista, el cual ha realizado ex profeso algunos trabajos para esta muestra, dando cuenta de la complicidad artística que existía entre ambos.

Más información aquí

Sus personajes habitan un terreno frágil donde el sentido emerge en el límite de la visibilidad, un universo en blanco y negro donde las imágenes, dibujadas con precisión virtuosa, se columpian, sin embargo, en una frontera inconcreta entre la vigilia y el sueño, entre la presencia y la desaparición, entre lo humano y lo animal, entre lo consciente y lo inconsciente. Un país olvidado de sensaciones arcaicas, de olores remotos y dulces, de tiovivos que giran entre risas, de manitas solitarias que se acompañan en ese jardín perdido que es la infancia. En esos trasmundos (título que eligió para su última serie) a los que nos asoman los difíciles, y a la vez delicados, dibujos de Ramírez Palacio, los amores resultan ser, casi siempre, ambivalentes: los abrazos se convierten en trampas mortales, los cuidados se tiñen de negligencia y el horror —como decía Freud— se esconde en el corazón mismo de lo cotidiano.

(Olga Fernández López y Patricia Mayayo Bost)